Te veía como a una tierna criatura de dulce sabor,
coloreaba tus postales con restos de mi veneno,
saboreaba, relamía mis bigotes de gato por la tarde
y preparaba con colores del ocaso tu cura en brebaje.
Dormía abrazado a tus piernas, maullaba por tu caricia,
me encendían sólo tus delirios y pasiones,
mis colmillos desafilé para no lastimarte al morder,
no vi a otras gatas, no las devoré estando contigo,
llegaste a ser tan importante como alimento tener.
Acaríciame despacito con tu naricita tripartita,
suéñame despierta, rasga la guitarra con tus garritas,
recuérdame trepando los tejados de la imposibilidad para llegar a ti
y atrévete a decir que no era amor, que estarás mejor sin mí.
© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Poesía
Ciudad de Guatemala 09/02/2016
Muchas gracias por sus maullidos y por estar,
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