No le pague a un editor
para que le corrija sus males,
no gaste en consultas editoriales,
si usted está hecho del mismo subsuelo
que cualquiera que cree entender su destino.
Mancille el azar y cruce a la otra acera,
no guarde rencor, no haga del árbol vivo leña,
no use el ordenador si tiene en casa a su pareja,
sea de bien que del mal ya alquilan, incluso, caretas.
No le pague a un presidente
el dinero que no necesita,
guárdese los modales abstractos
en cenas de diez menos cuarto,
naufrague en la piel y no en la desesperanza
de verse publicado a doscientas manos
en páginas web para sentirse suciecito y tan alarmado.
No escuche todos los consejos, piense en su otra mano,
no pague a un editor si usted puede aprender a expresarse mejor
y tenga el valor de decir: “Yo lo hice”, aunque esté muy asustado.
MESSIERAL
Ciudad de Guatemala 31/05/2016
Obra: 8 Infinitos Contables
Poema: 8 de 8 (Final)
¡Cuántas veces queremos que nos editen los sentimientos, cuando en realidad a esas palabras de las lleva el viento!
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espectacular… me quedo con los últimos tres versos, me encantaron. Un beso enorme de miércoles
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🙂 besos!
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Muy acertado. Sin duda, tienes talento. ¡Un saludo! ^^
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¡Saludos y muchas gracias! 🙂
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En aprender por uno mismo está la clave, sí.
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De lo mejor que leí en el día. Felicidades.
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Muchas gracias, Omar. Saludos!
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Genial. Eso pienso. Buen día joven.
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Buen día 🙂
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