De aquellos besos me queda sabor,
el honor de amarte toda, sin fin,
pues de crepúsculos se llena la flor
y si te recuerdo te quiero vivir.
Ya no hay glorias desde esa noche,
los búhos mataron a los sinsontes
con filo de ausencia mortal, de sed,
y mis cometas orbitan tu quinqué.
Desfallezco pensando en tus besos,
te disfruto nada más en recuerdos
que dibujan tu cuerpo en mis remos.
©MESSIERAL | Poesía
Ciudad de Guatemala 11/07/2016
me encanta tu poesia!
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Muchas gracias por tu comentario y por leerme, saludos!
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Un gran poema; a me es maravillosamente nostálgico.
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Muchas gracias.
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Precioso como siempre Luis, besos enormes de martes. 🙂
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Muchas gracias, besos!
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🙂 muashh.
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Amigo sin palabras
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Un quinqué de mecha, me recuerda la luz de un cándil. Bien logrado tu poema, gracias. Duerme bien.
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Igualmente, gracias..
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El quinqué… solo una vez había escuchado esa palabra. Una lámpara antigua, de la época colonial.
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