Ojalá volvieras y como aquel febrero aparecieras inesperada. Ojalá comenzáramos a gustarnos como entonces, sin darnos cuenta… Ojalá amanecieran las lunas de aquel junio y lloviera aquel lago sobre el cielo sin detenerse, sin poder decir nada, sin poder decir adiós…
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Ciudad de Guatemala 25 de noviembre de 2,016



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