Comenzar a besar
justo cuando tú andabas por el camino del beso,
no fue casualidad,
hay veces que se encuentran el viento y los cerezos…
Pero aprenderte a amar
justo cuando te abarcaba en silencio aquel invierno,
no es casualidad,
hay veces que el abrigo nace del silencio.
Y es que no soy inmune a tu corazonada,
ni al idioma en que aprendí a pecar,
no soy inmune al arco de tu espalda
y mucho menos a tus pies descalzos y a su creación serial.
Por eso al hacerte al amor
brilla el crisma de tu sexo,
como un paso hacia el color
más bonito del universo;
y quizás sea la vida el idioma perfecto
en el que me surja decirte que el cielo
es un escondite con sabor a miedo
en el que busco un milagro y te encuentro…
©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 25 de agosto de 2,017
muy hermoso gracias por compartir
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Muchas gracias por leerlo, saludos.
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