Haré que lubrique tu amor
el deseo entre tus huesos
y que se enamore tu sexo
de mis más tiernos secretos.
Así verás el sabor de un beso a tiempo
y no a mil años más allá de que acabó;
así sentirás el aroma de un silencio incierto
que te encierra en el milagro que ya te sucedió.
E inmarcesible grabara mi beso
su indeleble tacto de respiración,
fulgurante brillará ese lienzo
que tanta veces hizo nuestro el corazón.
Así verás el sabor de un beso intenso
y no débil como un millón de cabos sueltos;
así sentirás el aroma de un dulce sortilegio
que te encierra en el milagro que ya te acarició…
©®Messieral |messieral.com
Ciudad de Guatemala 23 de septiembre de 2,017




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