El Peor Poema del Mundo

Cuando el peor poema del mundo
se puso la ropa de nuevo,
ya era martes y de tan moribundo
creía que empezaba el invierno;
se escondía detrás de las noches
que la muerte insistía,
se decía de frente a los mismos dolores
que ya nada sentía.

Se escapó de las manos
de uno de los poetas
más buenos del mundo;
se vendió al postor
más idiota
del más grande absurdo
y cuando la palabra quiso salvarle
le vio con tal desconfianza, con tal odio intensivo.

Se perdió la virtud de asomarse a una vida ajena,
de secar una lágrima que sobra, de causar la que falta;
se escondió en un abecedario que ya no comprendía
y gritó con soberbia su ira que le condenaría.

Cuando el peor poema del mundo
se puso la ropa de nuevo,
ya era jueves y de tan nauseabúndo
creía que empezaba el infierno;
se escondía detrás de las flores
de una tumba vacía,
se decía de frente a los mismos sabores
que ya nada sabía.

Se perdió la virtud de asomarse a una vida ajena,
de llenar el vacío que sobra, de causar el que falta;
se escondió en un itinerario que ya no sonreía
y gritó con soberbia su rima que ya no le salvaría…

Era el peor poema del mundo,
el más anestesiado,
con sus infulas de sublime grandeza,
desnudo de la vergüenza;
era el peor poema del mundo,
el más intoxicado,
con sus infulas de indelicadeza,
desnudo de la demencia…

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Ciudad de Guatemala 7 de febrero de 2,018

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