Que en el sepulcro
que habite mi mal,
me dejen libros
y no una postal,
que me recuerden
como el que quise ser,
no como el que soy…
Que lleven besos
las mujeres bellas
que de esta vida
me hicieron saber;
que lleven versos
las manos heridas
que a la razón
no supieron atender…
Y que ella llore
pero una sonrisa
frente a todos los reproches,
que me dibuje con su voz
esa palabra
que de ella aprendí,
porque jamás
conseguiré olvidarla…
©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 25 de abril de 2,018
👌
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