A través de las ventanas
se filtraba el alma herido
de cada ave mortecina
que lloraba sobre el nido.
Y no se hizo cruel la espera
a la sombra del beso entorpecido,
no nacieron más artistas en la tierra,
era el escenario de un presente descosido…
Era el final de todas las cosas conocidas
y el miedo adherido a nuestras vestimentas
no era de seda… Era de poesía…
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Ciudad de Guatemala 2 de septiembre de 2,018
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Muchas gracias. Saludos!
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