Siempre llevando a cuestas
el miedo a ser vulnerable,
una edad de cuatro años en el corazón,
un dolor que no soy yo;
pero se hizo tan difícil
durante tantos años
aceptar el potencial de mi sensibilidad
como mi arma más poderosa,
como mi más enorme capacidad.
Y fui por tanto tiempo evadiendo,
con una coraza que yo mismo inventé,
la fragilidad en mi alma con agresivos modos,
con excesiva velocidad y proteccionismos tontos;
conquistando a casi cualquier chica a mi paso,
siendo pretencioso y sincero, aunque no por completo,
porque nunca dejé ver que en el fondo mi más grande temor
siempre fue ser sensible y vulnerable como necesito;
y que es mi más grande secreto para alcanzar tantas vidas
con lo que más disfruto hacer que es poesía.
Mi más grande temor,
el que me causé yo mismo,
sin saberlo, a penas siendo un niño
siempre fue mi más grande talento.
Todo lo que conseguí
y todo lo que he vivido,
todo lo que me hace libre al fin
siempre fue parte de mí.
©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 9 de noviembre de 2,018
Messieral 
Entiendo tu actitud pero cuando reconoces y aceptas algo ello puede derivar en hacerte sentir realizada emocionalmente o al menos en el comienzo de un mañana más iluminado
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Ay qué bonito ese darse cuenta… El conocerse
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Interesantes reflexiones pero no son un poco fatalistas?
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Depende de cómo lo veas,
Yo sólo veo a un ser humano que se ha abierto a la experiencia de re-conocerse.
Ver qué hay en nosotros es una ardua tarea que dura toda la vida, porque a veces nos topamos con cosas que no queremos ver, de allí la negación o la evasión, entonces, una vez que son aceptadas, nos liberamos.
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Mira que a un mes, casi, de que escribí esto y de que aprendí a reconocerme ya era tiempo de publicarlo 🙂
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