Te llevo
con tanta devoción,
al centro de mi alma,
que puedes percibir a distancia
que tu nombre, en mí, aún resuena con candor.
Te llevo
con absoluto amor,
al centro de mis cartas,
que puedes concebir sin taras
este amor que yo siento con ardor.
Yo no supe decir que te amo
cuando aún sonreías,
ni supe decirte cuánto
mientras te despedías;
no sé si hacía falta, sé que lo sabías
y que lo sabes ahora que te extraño tanto,
ahora que te recuerdo a cada rato…
©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 20 de abril de 2,019
