Te desnudas y me entregas
hasta la última gota de hermosura
que desprende tu blanca piel;
te desnudas y te acercas
hasta la más imposible letra
de todos los escondites de mi ser.
Y te ansío
como ansío la vida misma
cuando al borde del instinto,
que trae consigo el riesgo en sus encillas,
pienso en una caricia
exclusiva para mi cuerpo;
que después de esta vida
permanezca indeleble en mis adentros…
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Ciudad de Guatemala 3 de abril de 2,019
