Dos semanas y el amor se nos notaba con total intensidad;
porque entre el fuego no hay nada que apagar.
Dos semanas y el dolor se nos apartaba pero no tu vuelo, ni tu destino, ni nuestro adiós;
porque, en ocasiones, también pasa que entre el fuego no hay nada que salvar…
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¡Gran verdad! Quien juega con fuego… Saludos 🙂
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Que estés muy bien!
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