Tenía la mitad de la risa malherida
y un péndulo maldito en el corazón,
se reía con sólo media rima;
sería porque, muy dentro, algo se le rompió.
No me quiso guiar a su guarida,
sólo quiso sanar mi razón;
me invitó a sorbos de su melancolía
y yo no supe decirle que no.
Tenía la mitad de la risa cohibida
y un oráculo tenebroso en el corazón,
me veía con sólo media estima;
sería porque mi amor no le sanó…
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