El amanecer no volvió,
nos prometimos tanto amor
y ahora es cruel la fornitura
que empaña nuestro honor.
Azul maridaje,
madarinas al carbón;
nuestras tertulias ya sin arte,
nuestro arte sin temblor.
Azul insaciable,
coloridas sin color;
nuestras afroditas al sublevarse
se han muerto de insatisfacción.
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