Sé que no habría un alma capaz de soportar durante tantos años lo que causas; sé que la mía no es la excepción.
Y todo lo que siento son ganas de irme, de dejarte con tu amor de utilería y con tus manos frías destrozando una vida que, por fin, no sea la mía….
Sé que mi alma no es capaz, que este dolor me va a matar y que, quizás, ha llegado el momento de escapar.
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