Quizás fue el día que te conocí
o el de nuestro primer beso,
quizás fue el día que te desvestí
o el de nuestro penúltimo anhelo;
quizás siempre fue el mismo momento
repetido insistentemente hasta la saciedad,
hasta no poder ni un poco más,
hasta no saber qué hacer, hasta naufragar…
Quizás fue el día que te vi
o el de nuestro dulce comienzo,
quizás fue el día que te protegía
o el de nuestro penúltimo infierno;
quizás siempre fue el mismo momento
repetido insistentemente hasta la soledad,
hasta no entender ya nada más,
hasta no saber qué hacer, hasta dinamitar.
Anuncios