Un sólo deseo me queda,
un sólo deseo en la intimidad;
ojalá que la luna de trueno
a su paso intraoscuro
nos haya cedido la calma al dolor;
ojalá su isósceles diurno
cubra con sus manos
cada instante de nuestro futuro.
Porque no es simple
y tampoco sencillo
ver caer la tranquilidad;
de propios y ajenos,
de malos y buenos,
todos por igual…
Porque no es simple
y tampoco sencillo
ver caer la cordialidad…
Un sólo deseo me resta,
un sólo deseo en la intimidad;
ojalá que la luna de trueno
a su paso seguro
nos haya cedido el fin de horror.
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