Tu risa me resulta suficiente,
la mañana mientras conduces
y mi llamada repentina que te seduce…
Tu voz me resulta convincente,
querernos como casi nadie se quiere;
buscarnos como casi nadie lo entiende.
Tu risa me resulta suficiente,
la suavidad que no me olvido sobre tu vientre
y esa mirada repentina que nos descubre…
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