Sol, como el que garantiza tu cuerpo,
antes del amor y después de la lluvia
que inunda cualquiera de mis sacrilegios.
Sol, porque nunca otro abecedario
me hizo capaz de versar a la idea
con toda la intensidad que tus besos.
Sol, porque al mínimo roce de tu voz
todo renace en lo más profundo de mí;
Sol, porque al mínimo roce de tu amor
todo renace en lo más sincero de mí…
Y cuando todos me abandonan tú te quedas,
me abrazas y te acomodas en mi pecho;
como nadie, como un sueño en cavidades solitarias
en las que ninguna otra alma me habitó.
Sol, porque al mínimo roce de tu voz
todo renace en lo más profundo de mí…