Amor no sabía entender la inmadurez de mis horas, tampoco mis ganas de volar o mis ganas de correr a infinitos kilómetros por hora.

Amor no sabía entender que mi error principal era el miedo a establecerme en un único beso que habitar.

Amor siempre me amó, la cobardía la puse yo; amor siempre me dio mucho más de lo que merecí o merezco, incluso, hoy…

Nueva Guatemala de la Asunción 8 de octubre de 2,020
MESSIERAL



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