Imposible decirlo más claro, no hay secretos entre tú y yo; ojalá que, al terminar, la vida otra vez comience y nos volvamos a encontrar.
Imposible decirlo más claro, hay demonios entre tú y yo; ojalá que al terminar la vida, esta vez,
comience de nuevo y aún sepamos de domesticar.
Nueva Guatemala de la Asunción 13 de octubre de 2,020
MESSIERAL
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