Me dispuse a ser feliz,
me dispuse a ser más libre,
a encontrar en otro verso
la grandeza que hay en mí;
me dispuse a ser de nadie,
me dispuse porque sí,
me dispuse a ser de tardes
en que todo es cicatriz…
Me dispuse a hacer constantes
estas pocas ganas de vivir,
a encontrar en otro vaso
cada beso que perdí…
Pero la verdad es que
lo que quiero y quiero siempre
para conseguir estar en calma,
no es la sombra o la esperanza,
ni el estallido o el derrumbe;
más allá de ser amor y amar,
más allá de ser clamor o anhelo circular,
lo único que yo quería desde niño era cantar…
Nueva Guatemala de la Asunción 9 de noviembre de 2,020
MESSIERAL