Me fui de ti,
como quien puede irse
después de haber sentido todo cuanto es posible,
todo cuanto aguanta a contener la piel antes de partirse.
Me fui de ti,
como quien puede hundirse
en el centro de la tierra hasta conseguir desaparecer,
como quien puede cubrirse con la muerte hasta anochecer.
Me fui de ti,
nada terminó, más bien comenzó,
no fue un final sino un desgarro,
no una ruptura sino un fulgor
que llenó todos los infiernos del error…
Nueva Guatemala de la Asunción 9 de noviembre de 2,020
MESSIERAL