Danzan tus palabras sobre la acera de mi mundo,
mi calle no es ajena a ti;
nunca creí ser capaz de vivir para amar los segundos
de un día que verdaderamente mereciera la pena latir…
Danzan también tus penumbras, pecado desnudo,
mi amor siempre fue para ti.
Nueva Guatemala de la Asunción 17 de noviembre de 2,020
MESSIERAL