Cuando te conocí creía en un ser supremo, en una fuerza invisible
capaz de llenar de color todos los días grises;
en duendes y espectros de diversos matices,
un poco también en mis poemas tristes.
Creía en la vida y su eco, en pieles de consumo asequibles,
en el sexo sin medida y en besos un tanto ruines;
en canciones y sueños premonitorios infalibles,
un poco también en la pasión al desvestirse.
Han cambiado tantas cosas desde entonces,
mis sueños ahora convergen con tus propias direcciones;
te he salvado y me has salvado del desastre,
me he quedado y te has quedado cuando ya no había nadie;
tiene sentido que ahora me ames y amarte.
Han cambiado tantas cosas desde entonces,
mis pasos ahora convergen con tus propias convicciones;
te he salvado y me has salvado de males implacables,
me he quedado contigo y te has quedado conmigo cuando ya no había nadie;
tiene sentido que ahora me ames y amarte…
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