Como el amor que te juré
al principio era verdad,
completamente y sin excusas.
Las callejas conducían sólo a tu quinqué.
No digas que me olvidé,
que mentí o que no intenté
salvar todo aquello que anhelé.
Las callejas conducían sólo a tu placer.
Como el amor que te juré
al principio era inmortal,
completamente y sin semifusas.
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