En qué parte de tu habitación
guardas las ocho mil palabras
que vertiste en nuestra última vez;
en qué parte, será en la que no cabe tu autoengaño
o en el silencio de los orgasmos que dejé.
En qué parte de tu habitación
escondes las ocho mil palabras
que bebiste aquella primera vez;
en qué parte, será en la que no cabe lo inesperado
o en el momento en que los años se te hicieron ley.
En qué parte de tu habitación
veneras las ocho mil palabras,
las ocho mil palabras;
todas nuestras palabras…
Blog Oficial de Messieral
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