Nos importó tan poco un monitor,
las leyes y las reglas;
el fin del mundo y hasta el dolor
ideal de pareja.
Era apenas el dos mil siete,
aprendíamos a amar;
en ese deseo tan ardiente
nos quisimos de verdad.
Nos importó tan poco un monitor,
tan poco las webcams;
atemporales siempre ser en el amor
y es nuestra voluntad.
Era apenas el dos mil siete,
aprendimos a jugar;
en ese beso suficiente estar
sin pensar en el final.
Nos importó tan poco la ocasión,
tan poco lo digital…
Blog Oficial de Messieral
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