Con siete estrellas bajo la lengua
me sorprendías después de amar,
como una guerrera repleta de insignias
sumamente poderosas que jamás podría olvidar.
Y yo que estuve a punto de perderme en la nada,
y yo que estuve dispuesto a dejarte marchar;
si no hubiese sido por ti y por tus manos de rumba
cualquier cante jondo me hubiera puesto a llorar.
Blog Oficial de Messieral
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