An meine geliebte Izzy Boo.

Gran viernes trece para amarte, para desnudar el universo y acercarme peligrosamente a tus adentros, para inaugurar el fuego de tu centro con intempestivos movimientos.

Son instantes críticos para la humanidad, fallan en la elección y lloran de decepción, nadie asume culpa propia, nadie tiene suficiente valentía para avanzar sin ser la víctima de una audiencia temporal.

Gran viernes trece para amarte, para olvidar el tiempo y sumergirme levemente en tus misterios, para recaudar el fruto de todo el tiempo de sendero que elegimos de pequeños.

Son instantes insípidos para la humanidad, filtran la humedad y se les complica la respiración, nadie asume oculta demagogia, nadie tiene suficiente valentía para avanzar sin ser la víctima de una audiencia visceral.

Gran viernes trece para amarte, para acariciar tus lienzos y reescribirme en tu subsuelo, para cortejar siendo astuto cada segundo de tu cuerpo terrenal con mi deseo.

Son instantes críticos para la humanidad, yo te espero en las alturas, afuera de la ciudad, todo es nuestro, el mundo es ilusión; nadie entendería nuestra historia, nadie se atrevería a avanzar y renacer de las cenizas que trae consigo ser verdad.

Gran viernes trece para amarte, para guiñarle un ojo al duende nocturno y a la poetisa de los años nuestros; a la vida y a la muerte, a los aciertos y desaciertos que nos hicieron genios, nunca un poco genios.

Gran viernes trece para aproximarse.

— MESSIERAL