Ojalá poder ser grande en Japón, ojalá conquistar lo inconquistable y después de una vida al gusto retirarse en paz para morir tranquilamente en un olvido antifaz.

Ojalá la ostentación, ojalá la riqueza y la fortuna inesperada e idealizada por los demás; ojalá repetir las horas apasionantes de mi adolescencia a una edad poco recomendada…

Y ojalá nada de eso llegarlo a conseguir, ojalá sustituirlo por la paz que da el bosque y su cielo virgen, ojalá llegar a preferir una mañana más tranquila, al calor de los besos de la amada más mía y sus sonrisas de suave brisa.

Y ojalá nada de eso llegarlo a conseguir, ojalá sustituirlo por la paz que da el bosque y su viento sin origen.

Ojalá llegar a preferir una vida creativa, una rutina de rimas y una canción por cada vida…

— MESSIERAL