Anestesia local, de casa, amor fallido, sexo nulo no consentido, vino y pastillas por variar; cansancio mutuo del cuerpo y la realidad; a dónde se fue todo el brillo, lo único que siento ahora me comienza a repugnar.
Que hay en treinta gramos de miedo la valentía para escapar, quizás los muslos secretos y la boca costa vaginal me lleven a buen puerto a descansar.
Que hay en treinta gramos de miedo la cobardía para escapar, quizás los rudos inventos y la boca costa artificial me lleven a buen puerto a contemplar.
Anestesia local, de caza, amor maldito, sexo desaparecido, vino y pastillas al entrar; cansancio mutuo del alma y la eternidad; a dónde se fue lo que es mío, lo único que tengo ya podría explosionar.
Que hay en treinta gramos de cielo la valentía para escapar; quizás los muslos sinceros y la boca costa sexual me lleven a buen puerto a navegar…
—M.