He llegado a prometer a la luz que traspasa mi sepulcro vampírico que regularé las dosis y los sorbos; se parece tanto a ti, irradia tanta belleza y esperanza que, incluso, he llegado a sentirme a salvo.
Sigo escuchando la canción con la que te prometí esperarte siempre, sin importar mis pasos o mis fracasos; todo el tiempo supe que la vida para mí se trataría de seguirte buscando, de seguirte soñando.
He llegado a prometer a la luz que traspasa mi sepulcro onírico que regularé las dosis y los modos; se parece tanto a ti, irradia tanta confidencia y elegancia que, incluso, he llegado a sentirme humano.
Sigo escuchando la canción con la que prometí adorarte siempre, sin importar mis años o mis males necesarios; todo el tiempo supe que la vida para mí, después de ti, se trataría de seguirte buscando, de seguirte creando.
—M.