El mar de dudas que me sumerge
no es el mismo que visité a mis diecinueve años,
yo tampoco soy el mismo, ya no tengo tanta suerte
y parece que aparecen los demonios solitarios.
Ya recorrí todas las calles y pieles,
excepto la de mi última amante, excepto sus rasgos,
fui demasiado tibio para acercarme a sus mieles
y para evadir esta realidad que me decepciona tanto.
El mar de dudas que me sumerge
no es el mismo que amé con mi sangre y mis corolarios,
yo tampoco soy el mismo, ya nadie sabe quererme
y parece que acontecen mis peores escenarios.
Ya recorrí todos los talles y ciernes,
ya nací en domingo y morí en viernes,
ya me suicidé temprano, antes de las siete;
ya sonreí a todas mis posibles muertes…
—Messieral