Si fuese posible contar
nuestra historia a todos los demás
sin damnificar a quien no lo merezca,
sin ahondar en la herida abierta;
lo haría sin dudar, sin precipitar,
los detalles de nuestra forma de amar.
Fui un cazador y tú mi presa,
el ritual fue nuestra manera
de jugar e irrespetar la caverna
en la que la sombra solía habitar.
Si fuese posible contar
nuestra historia a las olas del mar
se alejaría y se acercaría de forma siniestra,
con su fuerza obstinada e irredenta,
no nos permitiría jamás escapar.
Fui tu cazador y tú mi presa,
el ritual fue nuestra promesa
de entregarnos de forma habitual
una vez comenzados ya sin descansar.
—Messieral