Por encima del ruido y de la incomodidad,
contemplo los árboles, las flores del jardín,
enumero los pecados que una vez cometí
y me siento conforme; hice bien, hice mal,
pero, sobre todo, lo hice fiel a mi verdad.
Atesoré tantos nombres y cuerpos,
uno a uno, sin tristeza, los olvidé;
siempre olvido algún momento
que pensé: siempre recordaré.
Por encima del ruido y de la inmensidad,
contemplo los mármoles, lo que te prometí,
enumero los pecados que siempre cometí
y me siento conforme; no hice bien, lo hice mal,
pero, sobre todo, lo hice fiel a mi verdad.
Atesoré tantos nombres y sexos,
uno a uno, sin prudencia, los olvidé;
siempre olvido algún momento
que pensé: siempre recordaré.
—Messieral
MercyVille Crest, 1 de noviembre de 2,024
¡Estoy de vuelta y me encantaría que me acompañes en mis redes sociales, da clic a tu preferida!




Deja un comentario