Si un día encuentras a mi alma perdida
después del colapso,
dale un abrazo y no seas tan invasiva;
no intentes reparar mi camino ni conservarlo.
Sé bien de dónde vengo,
pero no me gusta.
Sé bien a dónde voy,
y sé que alguien se asusta.
Tengo demasiados planes,
demasiados sueños y escenarios,
esperando por el crujir de molares
excitados para siempre y necesarios.
Sé bien de dónde vengo,
pero no me alcanza.
Sé bien a dónde voy,
sin pausa y sin angustia.
Tengo demasiados planes,
demasiados sueños y escenarios,
esperando por el recomenzar de mis eriales,
excitados para siempre y afinados.
Si un día encuentras a mi alma perdida
después del colapso,
dale un beso y no seas tan invasiva;
no intentes reparar mi camino ni archivarlo.
—Messieral
MercyVille Crest, 18 de diciembre de 2,024




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