Cada una, en su momento,
y quizás algo a destiempo,
conformaron el amor apasionado
que me hizo ser eterno.
Alguna quizás me recuerde cuando le falte el aliento,
alguna quizás aún me guarde
como al más grande de todos sus secretos.
Alguna quizás desperdicie mi arte, almacenando
mis poemas como guardará la tierra mi cuerpo muerto,
una vez llegado el momento.
Ojalá ser alimento durante mucho más tiempo.
Ojalá no estar cansado del mismo
e insoportable sufrimiento
que me causa la falta de tranquilidad
cuando todo debiese avanzar sin detenimientos.
Un gran amor o el más afortunado de los hombres.
¿Quién volverá a buscarme hoy,
creyendo que los años
no me han hecho ser aún peor para elegir a mis errores?
Cada una en su momento fue mi refugio y mi portento,
cada una en su cadencia, cada una con su cuerpo.
Ojalá ser alimento durante mucho más tiempo.
Ojalá no perder la paciencia cuando el presente
deje de ser extraordinario y se olvide lo que quiero.
Alguna quizás aún me guarde
como al más grande de todos sus deseos…
—Messieral
MercyVille Crest, 13 de febrero de 2,025




Deja un comentario