Este poema romántico de Messieral explora un amor eterno que perdura incluso en la oscuridad y a través del tiempo.
Siempre tuvimos claros
todos nuestros secretos,
siempre comenzamos
por andares indiscretos;
fuiste mi amante cuando lo necesité,
habría sido tu amante, lo consideré.
Tantas conversaciones y locuras
de las que nadie jamás sabrá;
tanta pasión sin noches a oscuras,
tanta libertad, tanta se constituirá.
Sabrás de mi amor toda la vida,
sabré de tu amor hasta la herida;
si nos quedamos sin luz, si no hay manera
de hacernos sentir el amor que nos queda;
sabrás de mi amor en cada era,
sabré de tu amor confeso que me enreda.
Tantas palpitaciones y ataduras
de las que nadie jamás nos liberará;
tanta pasión de entregas prematuras,
tanta celeridad, tanta se perpetuará.
Si nos quedamos sin luz, si no hay manera
de hacernos vivir el amor que nos queda;
sabrás de mi amor en cada letra,
sabré de tu amor confeso que me libera…
—Messieral
MercyVille Crest, 26 de abril de 2,025
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