Hemos aprendido tanto y cada vez falta algo más, quizás lo que nos falta, principalmente, es dirección. Y dejar de conversar con ignorantes, no hay alguien a quien debamos convencer o contener.
Los atardeceres, las noches de lluvia y la espesa niebla son mucho más disfrutables cuando estás en paz contigo mismo, cuando ya no responsabilizas a persona alguna de lo que te ha ocurrido, de lo que sientes o de lo que olvidarás.
El que lee en cantidad no siempre es el más inteligente, en la literatura también coexisten las grandes obras con otras que solamente transmiten mediocridad. Ideas erróneas de amor y de sexo, de arte e inteligencia, de cultura y etiqueta; engañan a los wannabes de turno; a los que no deberíamos acercarnos demasiado. Preferible es limitarse a contemplar.
La media sonrisa me delata, el juego no tiene sentido y, al mismo tiempo, siempre lo tendrá; la trampa mortal es prestar demasiada atención a fútiles modas y a la información que desinforma. Tampoco aportan algo de valor las quejas constantes de quienes harían hasta lo imposible por llamar la atención, es la peor de las adicciones el deseo enfermizo de figurar.
Hemos aprendido tanto y cada vez falta algo más, quizás lo que nos falta, principalmente, es emoción…
—Messieral
MercyVille Crest 8 de diciembre de 2,025




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