Reasignados al Duelo

Demasiada paz para tan poco infierno, queríamos llegar a lo más alto sin ser descubiertos, seguirnos devorando con el sexo tan violento que nos mantuvo gimiendo todo el tiempo. El amor intruso apareció, ¿qué es lo que haremos con tanto aburrimiento?

Nada complace como complacemos, nada es tan Portobello como un vuelo en el que no se siente ningún miedo.

Nada complace como complacemos, nada más lamento que pretender ser correcto a cambio de un vals tan lento, de la transmutación de un impero que ahora extiende su brazo limosnero esperando que alguien se apiade de su abstinencia y descontento.

¿Qué es lo que haremos con tanto casamiento, con tanto cansancio y tan poco sentimiento?; ¿A dónde es que iremos a partir de ahora cuando más nos extrañemos, cuando nadie complazca como complacemos?

¿Dónde es que moriremos una vez reasignados al duelo…?

— MESSIERAL