Tesauro

Compraba el amor como quien lo obtiene con argucias, la inmensidad profunda era el límite porque no había límite, despreciar al amor y al cortejo seductor de los humanos debe responder al cansancio emocional y mental que produce la supervivencia.

La sociedad es un campo minado y cada uno de nuestros pasos parece el más desacertado, el equivocado. La muerte suele ser el más preciado de los finales, de los descansos.

Teniendo la vida frente a los ojos, el amor sujeto en los brazos, nada parecía suficiente, el llamado natural de lo prohibido era lo único que nunca se hizo escaso. El encuentro siempre transparente, las pieles monedas de cambio insuficientes, algo se echaba de menos y algo de más cuando la culpabilidad se hacía presente.

Y las botas hasta la rodilla tenían que liberarse de esas piernas, no hubo sitio en ninguna azotea, las habitaciones aullaban sin parar; desde allí jamás vimos a la luna, tan sólo respirábamos de su oscuridad; inciensos, mal amor y amuletos era todo lo que solía interesar.

Y ese rojo vestido de tela sacrosanta temía por ser frágil y volverse a enamorar, yo no comprendía hasta entonces lo bien que se siente atender la llamada de la libertad; qué más da si se corre algún riesgo, qué más da si el cielo se pone a llorar.

Compraba el amor como quien lo obtiene con argucias, la inmensidad profunda era el límite porque no había límite…

— MESSIERAL

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Acerca de «Poesía Messieral»

Poemas, canciones e inspiradas letras del autor Messieral.

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