La Mano del Diablo

Yo solté la mano del diablo para dedicar mi existencia al insoportable peso de lo impreciso, de lo ordinario. Me abstuve de las delicias y los milagros que fabriqué con un solo pensamiento obstinado de mi cuerpo que siempre ha sido el amo.

Yo solté la mano del diablo para dedicar mi existencia al insoportable peso de lo aburrido, de lo sumario. Me abstuve de las caricias y los orgasmos que fabriqué con un solo empecinamiento calculado de mi cuerpo que siempre ha sido el amo.

Yo liberé las manos, tus dos manos, para que entendieras el centellante peso del sacrificio, de lo ordenado…

— MESSIERAL