Una Simple Carta

21 de octubre de 2,023… (Cantado haha)

Bien, desde que no estás, las cosas no han cambiado tanto, quizás no demasiado; sigue siendo el aburrimiento el peor de mis enemigos y la más grande de mis apatías. El mundo es demasiado horrible y bello a la vez como para desperdiciar sus minúsculos segundos en cosas ordinarias. Aunque debo reconocer que en algunas de esas cosas que posiblemente podrían parecer ordinarias, he encontrado la grandeza. Si lo pienso con calma, todo aquello que considero ordinario es muchísimo más vano de lo que pensaba. Me he entregado a la meditación, a la lectura, a la contemplación que tanta falta me ha hecho en los últimos años. Supongo que cuando la vida te deja K.O., es lo que suele ocurrir; quieres levantarte tan de prisa para avanzar, contra todo y pese a todo, que se te olvida que antes de ello necesitas recuperar tus capacidades más importantes, recuperarte a ti mismo. Aún peleo con ello, aún intento todos los días que no me afecten mis propios pensamientos llenos de intensidad y osadía, aún intento que los fallos de los demás no se antepongan al momento precioso de respirar. Quiero decir que no es lo mismo respirar sin percatarte de que lo haces conscientemente.

En fin, he logrado recuperar gran parte de mí, e incluso hay días en los que siento que me tengo por completo. Suele ser en esos días en los que mis proyectos vuelven a postrarse ante mí, listos para que los desarrolle y ejecute. Sin embargo, hay días en los que lo externo y mundano me deja sin paciencia, sin fuerza e incluso sin concentración, y me vuelvo a perder. Cada quien está enfrentando una lucha interna, es verdad, pero cada quien debiese responder por su basura. ‘Tu basura te pertenece solo a ti’, como canta la doliente voz de Nacho Vegas. (¿Recuerdas?).

La muerte ha aparecido amable, no inoportuna y repentina como antes; ahora es mucho más cauta. No avisa de su presencia por medio de sueños, pero sí de sensaciones. Me he atado la pulsera negra en mi mano izquierda dos días antes de que apareciera. Supongo que es menos traumatizante lucir sorprendido por su arribo, en lugar de sujetarme la cabeza y repetir ‘lo sabía’, como tantas otras veces. Aún no sé lidiar con el luto, pero tampoco me interesa demasiado. Somos energía; creo en el eterno retorno, en el dharma de cada ser. Nada es tan grande y nada es tan pequeño; las cosas siempre tienen un porqué, y es sumamente básico aceptarlo.

Este país, como muchos otros, se ha ido a la mierda y está a punto de romperse, pero yo no con él. He blindado mis tesoros más importantes, y sé que incluso estando mal, todo estará bien. Quien se quiera hundir en guerras o divisiones idiotas, en las que se toma partido irresponsablemente sin saber quienes están detrás de cada grupo, que lo haga; está en todo su derecho, si es que alguno le queda. Pero yo no; estoy fuera. Hay un universo mucho más interesante e inconmensurable fuera de todo ello.

Ya no te recuerdo con nostalgia, quizás con gratitud. A veces me gustaría conversar contigo, reírnos como antes desde una mirada más apacible y madura, alejados de nuestras últimas discusiones, del arrebato de alejarte. Sin embargo, tampoco me es imprescindible. Si no vuelvo a conversar contigo, estará bien, demasiado bien. Creo que las horas que compartimos las agradecí de todas las maneras en las que pude agradecerlas en su momento. Las horas contigo me salvaron de un desastre que no me merecía, de un dolor como pocos he sentido, de una tristeza que disolvía mi alma y mi salud.

Me he recuperado casi totalmente de mis piernas; soy libre de caminar todos los días sin que el dolor inmundo me detenga. Caminar entre la niebla me hace feliz, sentir la lluvia en forma de pequeños cristales me sigue sorprendiendo. Elegir el bosque y la montaña siempre será una maravillosa idea para rescatarse.

Mi banda de apoyo mental y espiritual ha vuelto a ser Papa Roach, incluso por encima de Blue October, lo cual me parece sorprendente en pleno 2,023. Cada día soy más selectivo con lo que escucho, con lo que leo y con el gasto de mi tiempo. He descubierto música fascinante; mis propias canciones están en forma, listas para el momento en el que yo lo esté.

El otro día se me ha roto el corazón. Me he sentido un analfabeta de la poesía al descubrir a Saúl Ibargoyen, sus poemarios y enterarme de que falleció en 2,019.

Cada día hay menos almas atentas a lo que escribo, sin embargo, quienes están son de vital importancia para mí. Para ellos escribo. He cedido un poco, y ahora doy más valor a la calidad que a la cantidad. Supongo que esto jamás llegará por ningún medio a ti, y si lo hace, guarda silencio, que nadie nos descubra por las noches perdiendo estilo. Sé que lo entiendes.

Todo irá bien porque siempre todo va bien.

— MESSIERAL

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Acerca de «Poesía Messieral»

Poemas, canciones e inspiradas letras del autor Messieral.

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