Parece un sueño donde todo marcha bien,
una caricia tras tantas caídas,
el inicio de aquello que siempre anhelé,
el desprendimiento de la piel adherida
al alma, que hace tiempo liberé.
Me preparé para este momento,
bien lo sabes; nada podrá frenar
este vuelo, tras intentarlo una y otra vez.
Con calma, sin rencor,
contemplo, resignado y cauteloso,
que esta vez no alcanzas la altura;
te supera, por mucho,
el infame no estar ni poder.
Parece un sueño donde todo marcha bien,
una caricia tras tantas heridas,
el principio de aquello que siempre busqué,
algo que merecía y
que jamás podrás entender.
—Messieral
MercyVille Crest, 26 de octubre de 2,024
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