Esta pieza de poesía escrita en prosa, de Messieral, titulada “Muchos Años Después”, expresa una renuncia íntima desde la reflexión, la gratitud y el amor que trasciende. Además, transita el duelo desde una profundidad madura que abraza el dolor, el aprendizaje y la liberación emocional.
Muchos años después, tanto ha cambiado; los imbatibles, los imborrables que lograron tanto se desvanecen. Los ciclos concluyen, el cielo se abre, aunque la forma no la entienda ni la acepte.
Recuerdo un camino lleno de enredos, de grandes proezas y entendimiento, de compañía y amor del que muy pocos habrán podido llegar a experimentar. A esa verdad, a ese recuerdo, rindo los honores que haga falta. Siempre honraré esa sonrisa y esos besos, ese tono en la voz tan exclusivo y sensato.
No importa el final, no importa la derrota terrible que supone la inconsciencia, el daño a propósito o toda esta frustración y decepción que ahora siento. Siempre he tenido mi dominio propio de aliado.
Ataca, no voy a responder. Hazme el daño mayor, yo seguiré aquí desde otro punto, desde otro sitio.
Muchos años después, tanto ha pasado; los invencibles, los memorables que lograron tanto ahora desaparecen. No pasa nada, es sólo un recuerdo de otra dimensión; una en la que quizás ahora mismo escuches mi voz y sepas que jamás quise faltarte. Había daños tan profundos en mi interior, con los que aún estoy lidiando; y no soy capaz de tolerar amenazas o intentos de manipulación.
No es nada personal. Me hubiese quedado contigo para siempre. No pudo ser, no será, no fue, y eso está bien. Tanto amor seguramente debía expandirse por el universo hacia otras direcciones, con fines insospechados pero loables.
No importa el final, no importa la derrota terrible que supone mi prudente indiferencia y el silencio sórdido, que es mi única virtud contra la destrucción y emancipación del odio. Aprendí tantos años atrás a quererte desde otra perspectiva, a cuidarte a mi manera, a acompañarte incluso en los momentos que ahora entiendes como una completa pérdida.
No me queda más que sonreír, no me queda más que agradecer y escuchar a Ferreiro, porque el futuro no pinta a ser prometedor, sino el correcto. Si alguna vez me necesitas, estaré. Incluso si se interpone en el camino una bala, para que permanezcas con vida.
Soy el que soy. Desde lo más intenso de esta profunda oscuridad irradiaré por el bien de todos.
—Messieral
MercyVille Crest, 23 de mayo de 2,025
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Messieral 
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