Categoría: Poesía Messieral

Cuando llegue la muerte,
cuando la despedida breve
y el silencio intensamente fuerte;
me marcharé tranquilamente,
sabiendo que vivir fue suficiente
y mi retorno es evidente.

Me marcharé, más no por siempre,
sabiendo que vivir fue insuficiente
y mi retorno consecuente…

— MESSIERAL

Sangre, el enemigo anega
desde el interior cada espacio,
cada idílica verbena
y cada universo mágico.

Sangre, el enemigo envenena
desde el interior cada prefacio,
cada empírica respuesta
y cada lienzo impávido.

Sangre el enemigo anega
desde el interior cada palacio…

— MESSIERAL

Resultó tan mal
que no quiero recordar;
pero no habrá ciudad
que me robe el sabor de tu rosal
de la memoria y el cristal…

Resultó tan mal
que no quiero recordar;
pero no habrá crueldad
que me robe el sabor de tu verdad
de la memoria en el final.

— MESSIERAL

Sin una explicación,
sin una sola de ellas;
siempre fue mi intención
alcanzar las estrellas
para luego abandonarlas…

Sin una explicación,
sin una sola de ellas;
siempre fue mi intención
alcanzar las estrellas
y luego volver a casa.

— MESSIERAL

Lento el roce de mis dedos
por el borde de tu ropa interior;
la verdad más exclusiva de lo nuestro
y el temblor de tu centro de amor.

Lento el roce de mis dedos
por el borde de tu dulce sabor;
la verdad más sensitiva de lo nuestro
y el temblor de tu fuego exterior.

— MESSIERAL

El paso del tiempo es cruel,
aquel año, aquel junio tres,
se nos escapó del alma
mucho más rápido que la miel
de los besos de esa misma madrugada.

Quedó la oscuridad y el recuerdo
que no es suficiente para querer
enumerar, uno a uno, los momentos
en los que el hambre y la sed
fueron interrumpidos por el miedo.

El paso del tiempo es fiel,
el tiempo no existe,
lo que antes fuimos ya no es.

— MESSIERAL

Al Monstruo no le hizo falta demasiada experiencia para saber que, dejar adecuadamente a una mujer, significaba hacerle creer que no era tan extraordinario como le había demostrado ser:

Un último error, una promesa sin cumplir, un abandono del que no sepas volver; para que no quieras volver.

— MESSIERAL

Aprendí a ser esa isla
que tantos hombres no se atreven,
aprendí a ser esa isla
que tantos hombres no se creen;
me he dejado acompañar por las sonrisas
más preciosas del lugar que ya no existe.

Me he dejado amar por las caricias
más preciosas del lugar que me permiten.

Aprendí a ser esa isla
que tantos hombres no se atreven,
aprendí a ser esa isla
que tantos hombres no se creen;
me he dejado acompañar por las artistas
más preciosas del lugar que ya no insiste…

— MESSIERAL

Guardé distancia de ti,
te descubrí vulgar
e indiferente de ti misma;
creo que enamorarme de ti
fue claramente frugal
e incompetente apatía.

Te hice un favor al hacerte feliz,
al hacerte sentir ese orgasmo
que nadie más te hizo sentir;
te hice un favor al besarte los labios,
al contemplarte sin fin…

Guardé distancia de ti,
te descubrí al apuntar
y al saberte poco artista.

— MESSIERAL

Eres mi razón inquebrantable,
incuestionable y más sutil;
mi vínculo contigo escapa
a mi pasado más insuperable.

Eres mi razón inoxidable,
inevitable y más pueril;
mi vínculo contigo escapa
a mi pasado más inconfesable.

Eres mi razón inquebrantable,
incuestionable y más sutil…

— MESSIERAL