Etiqueta: 2023

Soy un libro abierto y como tal
supongo que debiste aprender algo;
no hay peor silencio que el del amor,
ni peor reclamo que el que es por celos,
no tengo tanto tiempo, ni el corazón tan roto,
no tengo más dinero que el que siempre pierdo.

Quiero que te quites la ropa y hacer el amor,
sonreír después del orgasmo número ocho
con tanta paz y satisfacción y sin aliento,
mientras aún gimes y te tiembla el cuerpo
de tanta pasión y tantos besos, bello sexo.

Soy un libro abierto y como tal
supongo que debiste llevarte algo;
no hay peor silencio que el del amor,
ni peor esclavo que el que es del tiempo,
no tengo tanto sueño, ni el espíritu tan roto,
no tengo más dinero que el que siempre obvio.

Quiero que te quites la ropa y hacer el amor,
sonreír después del orgasmo número ocho
con tanta paz y satisfacción y entendimiento,
mientras aún escribes ese secreto verso
con tanta pasión y tantos besos sobre mi cuerpo.

— MESSIERAL

Lo perdí todo cuando quise perderte a ti, hay una higuera que vuelve a la vida justo después de morir en la calle en la que no te vi; justo donde nadie recuerda mi nombre porque allí no nací.

Supe desde el principio que te amaba, sin conocerte del todo, ya eras parte de mí; será acaso que la memoria perdura más allá de la vida y la muerte; será acaso que todo lo que me olvidé recientemente lo fingí.

Lo perdí todo cuando quise perderte a ti, hay una higuera que vuelve a la vida justo después de morir…

— MESSIERAL

Todo vuelve a su sitio, tú a tu soledad acompañada y yo a vivir; la insatisfacción debe de ser uno de los peores males que tuve que resistir.

Todo es parte de un camino, tú lo recorres desesperada y yo sin sufrir; la obstinación debe de ser uno de los peores mares en los que te he visto hundir.

Todo vuelve a su sitio, tú a tu realidad deshabitada y yo a fluir…

— MESSIERAL

Quise acudir en paz y encontrar un breve subterfugio en el espacio de una persona que odia los buenos modos y prefiere con rabia alejar a quien le quiere más.

Y tendrá que aprender con el último de los golpes que la vida le acierte que las cosas no son como cree; que al final siempre gana quien no sabe perder; que sin mí es complicado pero sin rastro de mí e infinitos recuerdos es mortal.

No sabrá de donde vino tanto vacío, tanto arrepentimiento, tanta mediocridad. Culpará a los dioses por ello y aún peor a su Dios que le hizo sentir inmortal.

Y tendrá que aprender con el último de los golpes que la vida le acierte que las cosas no son como cree; que al final siempre gana quien nunca va a perder.

Sine me, si vis, experire.

— MESSIERAL