Mi Chica Poema

Te escribí en un altar
que a la palabra construí;
tu nombre en las alas
del tiempo que llevo jugando a no sentir.

Y todo lo que tengo de ti
es tu letra en una carta
que beso siempre antes de dormir
por si acaso, en un sueño, me abrazas.

Te escribí en la silueta
mortecina de la desilusión
y el brillo hizo de esa acuarela
un resplandeciente corazón;
uno que sólo tu almena
es capaz de moldear,
uno que sólo tu idea
es capaz de rondar.

Y todo lo que tengo de ti
es tu letra en una carta
que beso siempre antes de vivir
por si acaso, en una acera, me encuentras.

Porque eres tú mi chica poema,
la que vuelve siempre que se aleja,
en forma de canción o de teorema;
chica poema que no muerde pero besa
y como si se tratase de mi fortuna
siempre finaliza cuando comienza….

©®Messieral | messieral.com
Ciudad de Guatemala 5 de abril de 2,018


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Carta a un Amor que no Sabía de Amar ni de Poesía

Soy lo suficientemente caballero como para siempre decir la verdad y lo suficientemente irresponsable como para sentir miedo, lo fui desde pequeño aunque para el mundo eso significara incordiar. Soy poeta y no me queda tiempo para arreglar lo que has roto, escribo y no tengo ganas de ser parte de tu historia oxidada.

Supongamos que no te diste cuenta de todo el amor que puse en ti, del empeño intenso que fabriqué para hacerte feliz, supongamos que no llegaste a notar mi sonrisa al verte, supongamos que no te hice saber lo feliz que me hacía pronunciar tu nombre…

Supongamos…

Aún así sería lo más profundo que pudiste sentir, aún así representaría lo más profundo que ser alguno llegó a sentir por ti alguna vez. Así que no te mientas más, ni me hagas más infeliz enredado en tus extraños vicios.

Porque siempre te hice ver todo el amor que puse en ti y siempre notaste el empeño intenso que fabriqué para hacerte feliz, di la verdad y admite que notaste mi sonrisa al verte, que siempre te hice saber lo feliz que me hacía pronunciar tu nombre.

Esto no se trata de segundas oportunidades, o terceras, infinitas, no se trata de un milagro divino que algún día llegará a repararlo todo, se trata de algo más profundo que aunque quisiera explicarte no sabrías entender, porque no amas, ni amaste, porque te amé pero para ti fue simplemente una oportunidad exclusiva para ignorarme y poner tu atención en idiotas e idioteces que el fútil tiempo se llevó con destino hacia la nada.

Pero no te preocupes, no es un asunto personal, es tan sólo que soy poeta y de mis versos me cuido, escribo y la tinta no moja en totalidad el consagrado alma del gorrión. Tengo alas de papel que con este viento frío saben planear una huida, un itinerario, un momento pequeñito para no volver jamás.

Y a volar…

©MESSIERAL | messieral.com
Ciudad de Guatemala 13 de Octubre de 2016

Carta con Destino a Berlín

Ich weiß, Berlin, Ich werde euch vergeben, Ich fand mich…

Conoceré Berlín te lo aseguro, el frío me hará un espacio en el centro de su corazón y un abismo de dudas se disipará, dejando pasar la claridad a la orilla de mi alma.

Sentiré el viento helando los murciélagos antiguos y cada mal recuerdo de dolores artesanos, habré olvidado, porque es tan fuerte el deseo de cumplir un sueño único, que podría olvidarme incluso de los vidrios que pisé hace lunas, con tal de librarme del suplicio que supone mal vivir.

En los días posteriores coseré mi corazón con el hilo de mi aprendizaje, sabré amar en idiomas distintos, ya no me preocuparé por la razón de mi existencia pero sí por existir de la mejor manera, aunque parezca mentira, surtiré la alacena de mi alma con las formas de perdón más sinceras y viviré con la paz que ahora mismo no tengo.

Lloraré, si es preciso, a los pies de la montaña del romance prematuro, quizás entonces pueda verte detrás de la puerta grande, por el centro del pasillo sonreír de maneras tan hermosas que incluso la aurora sienta celos de ti. Me quitaré el sombrero a tu paso y aplaudiré a los contornos de tu cuerpo, por su hermosa excelsitud, por el recuerdo encamillado de mis manos en tus bordes, de mis labios en las noches, encerrados, en la cama más intensa de cada bocanada.

Conoceré Berlín y entonces me habré encontrado, entenderé cada acto y cada paso que di hasta encontrarle, entenderé los porqués salteados del desastre, de la pérdida y falta de tiempo a la que siempre aludimos en forma de excusa inconsonante.

La cerveza, el chocolate, pero avistar nuevo plumaje, toda cortesía obtenida por sabores clandestinos venideros, talvés lluevan canciones en el centro de mi cuerpo, y un tatuaje con las iniciales de la que siempre amé aparezca o desaparezca, depende tanto del clima mi gana de sentir, depende tanto del viento mi gana de escribir.

Conoceré Berlín, en algún momento, te habré perdonado ya por el tiempo, que me hiciste anteponer a lo hermoso de vivir, por estarte queriendo…

Te veo en Berlín o no te veo más, de cualquier modo, supongo, que será conveniente sonreír.

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 12/05/2016

El Sonido Ártico de Moscú

Moscú, te juro,
no tiene el mismo sonido ártico
desde que te fuiste, no hay enigma,
tu llanto en la plaza de tu nueva ciudad,
es sólo un pretexto para no helarte al punto
de caer en mil pedazos deshecha de golpe…

Tú sabes los moldes que allí dejaste
y el porvenir rebosante de emblemas,
tú sabes los rotos que le has hecho a mi duda,
el manto de desgracia con que has cubierto mis ojos
y lo peor de todo es que te da igual, y vas paso a paso
deshojando la añadidura que la creación postergó en tu sangre,
no hay alma en este contraste, no estamos, ya no somos
y no fue el frío, ni las perfectas noches, fue tu voz…

Yo volví a mi continente, protegido por un contingente de lágrimas
que me aleja de toda humanidad, esta carta es para tu frío, para tu hielo,
para tu tacto que todo vuelve oro blanco, para tu tacto sin valor de enredo.

Lo único que me satisface es recordar aquel rinconcito de Moscú
en el que te hice el amor, tan apasionadamente, como una hoja
que vuelve del suelo a su rama,
tan fervientemente como un muerto
que vuelve del sueño eterno, a su cama…

© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Poesía
Ciudad de Guatemala 11/04/2016

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Amar y Bien… Muy Bien

Al final terminé por darte mis alas de jaguar y mis plumas de quetzal, te juro, de todo corazón, que no eras mi intención pero como las mejores cosas de la vida, sin planearte he terminado amándote, con cada fibra de mi camaleónica esperanza e inquietud.

Yo no esperaba latir por ti y, finalmente, he comprendido que sin ti no podría ya sangrar, mi sangre guía barquitos de contrabando, que trafican ilegalmente tus mejores sonrisas. Estoy totalmente lleno de tus maneras, suspiro si tú caminas sobre la tierra amainando litorales sólidos de desesperanza. Me gustan tanto tus piernas de caramelo, endulzas con tus deambulantes pasos las calles de mi vida, me habitas y me obligas a redecorar la habitación de mi corazón sólo para ti.

El espacio sideral de mis recuerdos lo has coloreado con la pintura que traías en las uñas, tu labial ha marcado en mi pecho su seña indeleble, como un incendio de rocas que presienten la incandescencia de un fenómeno natural, el de tu cuerpo en mi pensamiento, el de tus labios en mi recobrado tiempo. Eres el azul de mi imperio, la dama china que sólo me como yo, el tablero de ajedrez en el que un rey cuida a su reina sin limitación de movimiento, tus  ojos de ámbar incitan a lo eterno, a morder una nube y adivinar la diferencia entre ella y tus labios, aunque no exista.

Palacio real de aves triviales, agua de río inagotable, beber de ti es la tersa e indefensa necesidad de amor de mujer, bordearte como a un camino con mi tacto, un camino con destino a la ilusión, viento frío, que me ha de conducir al más bello sonido. Y en mis sonidos profundos de cedro quiero posar mis alas anchas, eres las curvas de la guitarra cuando descansas sobre mi pecho y las cuerdas cuando me besas pronunciando tantos siglos de palabras hermosas que no he de olvidar.

Te llevaré a volar muy lejos, te nombraré luz inagotable de mi planeta, viajaremos entrelazando nuestras causalidades, te guiaré por el sendero celeste de promesas destinadas a cumplirse, no te soltaré y mi alma será un libro abierto en el que a toda hora se lea tu nombre, perdurable, en el vaho de mi cuerpo.

Siempre voy a recordarte como a la raíz más bella y más intensa, un caudal de fuego que me sumerge en su letra, un alud de carisma que me enreda en su palabra, que no daña y que cuida, que es natura y ciudad, que es mi día y mi aurora, mi noche y mi prisma. Un olvido que no llegará, un pueblo contemporáneo con recital de sonrisas y preciosas rocas que no tienen ningún ambicioso valor, sólo para mí, sólo para mí…

Quizás nunca despertemos de este sueño, quizás sea mejor así, quizás una tarde de junio se nos agote la fuerza y te tengas que ir, quizás un día te tenga que herir, quizás me mientas o quizás yo naufrague en otra marea, quizás una noche me mates, quizás un veinticuatro de diciembre no hagamos el amor, quizás seas tú, quizás no sea yo, quizás te quedes para siempre, a lo mejor no, quizás en esta cama un día estará otra, aunque yo siga pensando en ti, quizás un día llegue alguien a tu vida que al hacerte el amor en realidad no te haga ni cosquillas, quizás seas mi mundo, quizás yo sea el tuyo, quizás logremos evadir la estupidez humana y su falta de amor, quizás en mi mundo siempre seas luz y yo el cobijo de tu aroma, quizás ganemos la batalla a la desilusión, quizás merezcamos la inmortalidad a que aspiramos, quizás no, quizás un día me canse de verte, me aturda escucharte, quizás un día la vecina tenga mejor sabor, pero quizás no, quizás si te quedas una noche más entre mis brazos nada ya nos logre separar…

Te juro de todo corazón que, hoy por hoy, sí eres mi intención, eres el crimen benigno que quiero cometer a diario, eres el texto, el ordenador y la radio a la que quiero prestar atención todos los días del resto de mi sueño, todos los días del resto de mis rimas.

Si acaso me has leído y tu corazón no se aclaró la garganta para decir sí a todo, sin importar qué, vístete y será mejor que no nos volvamos a ver. [Dicho así como quien lo dice para que le demuestren lo contrario]. Pero si todo es diferente, no te vistas nunca, no te seques las lágrimas de ternura, no vuelvas a erizar tus pestañas con peinados de excentricidad, porque te quiero a mi lado así como ahora te veo, con ese manto de arena sobre tu piel, y el resultado de torbellino en tu cabello, pues quiero alcanzar la playa que representas y ser tu mar, la marea que te acorrale, ser un motivo para que te quedes al menos siete vidas más, y más… Andar y huir, quedar y estar, amar y ser, beber y oír, amar y bien… Muy bien.

Dos estrellas gemelas podrían bailar
en esta noche de frente al pastizal,
no depende de la lluvia, ni del temporal,
es cuestión de sentirlo o matar,
es cuestión de sentirlo o de amar,
es cuestión de uno mismo y de su alguien más…

© Copyright – Luis Eduardo (Messieral) – Historias en Ascuas
Ciudad de Guatemala 04/04/2016

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Ocho Años del Mal Sabor

A diez días de rememorar
ocho años del mal sabor,
me he estado preguntando
si aún me ves tan imperante,
si aún eres capaz de ver,
si lograste descubrir lo que es,
si donde estás hay descanso,
amor o desamor, o sólo espacio.

Si esa carta afilada costó más
que pender de un hilo la fe,
si la tristeza en verdad era tal,
si es por ti que no aprendí a perdonar.

Está lloviendo en el valle sin respuestas,
está lloviendo y te busco entre multitudes
de fantasmas que me inundan la cabeza,
quiero distinguirte, mirarte de frente a los ojos,
decirte que aunque te olvido por temporadas,
probablemente hay mucho de ti en mi esperanza.

No están las cosas tan mal, pero duele recordar,
por uno de los cuatro peores recuerdos de mi vida,
no es que te felicite o te agradezca con pericia,
pero puedo en estas últimas líneas olvidar todo lo malo
y contarte que la respuesta a tu pregunta,
la que me hiciste cuando a penas tenía diez años:
¿Vas a llorar el día que me muera?
Era sí, la respuesta era sí, la respuesta siempre sí,
porque lloré al verte en ese traje de madera,
porque se me sigue desprendiendo el corazón
cada treinta y uno de marzo, y pienso en tu voz.

Porque aún me sigue pareciendo
que, cada último día de marzo,
todo vuelve a suceder, te me vuelves a ir
y te vuelvo a perder…

Luis Eduardo (Messieral)
Ciudad de Guatemala 21/03/2015

A Gonzálo H.

Mundo Nuestro (Nuestro Mundo)

Vivo aquí, en un mundo nuestro, a través de una webcam te cuido mientras duermes, lo disfruto porque es algo temporal, algo que te recordaré hasta el cansancio cuando nuestras manos se cansen de todo, menos de entrelazarse entre sí, menos de los paseos por el jardín, menos del -Buenos días amor, es curioso que mi mano te siga buscando con el mismo miedo de que no estés, como en aquellos días cuando me escondías en tu cuarto y nos besábamos la piel.-

Vivo aquí contigo, sólo contigo, y quiero vivir siempre así, junto a ti, demostrándote al final de mis días respirando, que todo lo que dije era cierto, que sólo me gustabas tú, que mis besos ya eran para siempre solamente tuyos, y que mi cuerpo, y que mi amor, y que mi sexo, y que mi ternura, y que mi verdad, que no quise nunca a nadie más en mi vida, que nací ese día en el que sin necesidad de decirlo me dijiste -Sí, a todo sí-
Camino muy rápido, pero a tu lado he decidido ir siempre a tu ritmo, cuidarte siempre, ser sólo tuyo, aunque rebaje en diez de estatus el arrabal del gato que te conquista día con día, no importa, porque mi hogar lo he encontrado en ti, y el lugar más seguro entre tus brazos, y entre tus piernas, mientras la vida me bendiga con ese placer de inmortalidad, de resurrección de cada célula mía que quiere poseer a cada célula tuya…
Sé que desde ya, podemos estar seguros y vivir felices así, soltando todo pasado que no tuvo que ver con nosotros, en proceso de la eternidad de nuestro amor, no existió nadie más, no intentes ni siquiera recordar, porque al mínimo intento ahí estará la imagen y sensaciones de mi boca en tu cuello, mi mano entre tu ropa interior y mi corazón rendido a tus pasos, con las manos afiladas, pues eres mía, y lo has sido siempre, nacimos para encontrarnos, descubrirnos y amarnos siempre, y no hay cabida para mínimo recuerdo de tu pasado, y no hay recuerdo mínimo de mi pasado en mí, el único pasado que conozco es el de tu labio por mi piel, y ¡Vaya que ha pasado…!
Te amo como ni yo mismo sé que te amo, daría mi vida por ti, y hasta el último latido de mi corazón ten por cierto que estaré enamorado de ti y planeando la mejor de mis caras serias para enamorarte desde el cristal del traje de astillas, pero para eso queda mucho tiempo, y claro que sería más sexy largarnos juntos, como quiero que acostumbremos, incluso de esta vida, para juntos llegar a la que venga. (En ese caso ambos sabremos enamorarnos, porque estar serios y con los ojos cerrados ya nos ha enamorado, a ti de mi cuando me has visto dormir a tu lado, a mí de ti cuando te he visto dormir a mi lado) (¿Qué si habrá erección también? Bueno, lo intentaré…)
Si algún día llegas a dudar de si soy el indicado para ti, el mejor, sólo recuerda la vez en la que te pregunté si te hacía sentir cosquillas en el clítoris… Si dudas de lo que sientes, seguro no dudarás de las ganas que tienes de mi lengua en ti, así que vendrás a mí de todas formas y algo lindo haré ese mismo día o al siguiente para enamorarte de nuevo, para que vuelvas a despertar a ese amor que se distrajo, aunque si no lo dudas mejor, porque no pienso dejar de conquistarte y enamorarte nunca, como no quiero que dejes de hacerlo tú, y porque no vas a encontrar a nadie mejor, como sé que no existe para mí nadie mejor que tú. ( Y no pienso dejar de hacerte sentir esas cosquillas)
Tengo la experiencia de un gato sin soberbia, en esto de vivir, nula, la verdad es que ya no me ocupo tanto de preocuparme de las cosas sociales, culturales, vivenciales, gramaticales, políticas y pendejistas, yo vivo si usted respira cerquita mío pensando: -Que bien me besa y me hace el amor este loco, se nota que lo enloquezco, que le encanto y que por eso lo hace tan bien.- (Somos gatos, vale la soberbia en tarros)
Vale tanto que espero no se pierda la hermosa costumbre, ni se pierdan los mortales que fisgonean las redes sociales en busca de algo diferente, el hecho de que algunas de las frases de tus cartas y poemas vayan a dar a mis publicaciones, y que algunas de las frases de estas manos que te encienden con su voz, vayan a dar a tus publicaciones en redes sociales, al oxígeno acelerado en tu respiración, al sístole bravo de tu acelerado corazón, y por qué no, una que otra en húmedos besos bajo tu ropa interior.
Soy el hombre más afortunado de la existencia, nací demente, canalla, vago, vendedor de flores sin aroma, guitarrista de guitarra sin cuerdas, cantante afinado en G de Gato, nocturno, gruñón, bribón, loco,  soberbio, insurrecto, sin ganas de agradar, sin ganas de tantas cosas, incluso de dormir, y aún así me amas con todas tus fuerzas y mucho más, y lo de la lista o lo has resuelto para restaurarme, o lo compartes y disfrutas a mi lado, soy tan afortunado que me besas los labios y el cielo mismo me cuenta que está hecho de.
© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Historias en Ascuas
Ciudad de Guatemala 22/04/2015

Ese Amor Incivilizado que Tanto Esperabas, Soy Yo…

Ese rojo intenso de la constelación de la que vengo no es casualidad y mi intensidad ahora está en donde debe, en ti. No hay otro lugar, no hay otro hogar para mí. Eres la luz clara del astro más brillante en el universo, esa que predestinada para mí llegó a iluminarme, a marcarme el camino correcto, luego de haberme perdido por mano propia tantos años.

 

Hay dentro mío un rebelde, inconforme con las costumbres obsoletas, enardecido y vivo para con lo extraordinario, y sí, yo fui el que se partió de risa cuando el sacerdote dijo que Jesús nunca se hubiera atrevido a posar una mano sobre la piel de la Magdalena, con malas intenciones, porque jamás he creído que el amor y el sexo consciente sean una mala intención. Sí, yo partí el retrovisor de la patrulla de policía, de antebrazo como copiloto de aquella motocicleta roja, luego de su intento de mordida y extorsión, y sí, yo  me enamoré de ti hace muchísimos años, y a la distancia te hice mía. Sí, yo continué gustando de ti, sí, me importó muy poco quien estuviera a tu lado, porque en realidad tu dueño siempre he sido yo. Y la dueña de mis atenciones, de mi lucha infinita, de mis cursilerías, de mi pensamiento, de mis ganas y emociones más profundas siempre has sido tú.
 
El concepto que tienes de mí, es más amplio, incluso, que el que yo podría tener de mí, eso me reta a ser cada día y cada momento mejor para ti, nunca voy a dejar de ser lo que en esencia soy, este terco e incansable Luis Eduardo que te adora obsesivamente, tanto que tras diez años llegó a tu puerta vestido de extranjero, tal como lo prometió y perjuró, para quedarse por siempre contigo, para reclamarte como suya y sólo suya. Decidido e inconforme con la mediocridad, quiero que seas la princesa rebelde que se escape conmigo, a como dé lugar, vamos a ser libres, vamos a estar juntos, en nuestro propio universo y constelación, esa exclusiva para este amor valiente, reservada para nosotros, para ti y para mí, para nadie más.
 
Voy a luchar codo a codo y alma a alma contigo, eres mi razón y causa, sé que el resto de mi vida no lo quiero compartir con nadie más que contigo, sé que eres la mujer a quien quiero amar, seducir, enamorar, conquistar y cautivar a diario por el resto de mis horas infinitas. 
 
Quiero vivir contigo y no sólo vivir en un espacio físico, sino hacer del universo entero nuestro hogar, todo nos pertenece, tanta grandeza sólo puede pertenecer a un amor así de inmenso como el nuestro, cada ventisca, cada gota de rocío, cada estrella nacida en el cielo y cada ciudad del mundo son sólo decoraciones para que vivamos este amor, inmensamente, intenso como nos plazca.
 
 -Las cosas no tienen que ser como todo el mundo dice que son-
 
No somos amantes de promesas rotas e inconclusas, somos amantes de pactos tangibles, de amor real y natural, de libertad conquistada con valor y corazones fortalecidos.
 
Eres todas las canciones que me erizan la piel, eres cada paisaje que resalto con mi mirada fija en él, eres cada mar en el que quiero adentrarme, cada verano y cada nota futura nacida de mis manos, mi mente y mi voz. Eres cada letra de mi poesía, cada rabieta de mi rebeldía, cada sonrisa insumisa de mi viveza, mi sol de las cinco, y la brisa fresca, todo, el alma, el sentido, cada sentido, cada poro de estrella, cada cabello de luna, uno a uno los ojos del tiempo, mi tiempo…
 
Cada nudillo de mis manos, toda la fuerza de mis brazos, toda desembocadura de mi valentía, el infinito de ébano en mis ojos, mi culto secreto a lo extremo, mi devoción a la lluvia a destiempo, a lo inesperado, a las curvas peligrosas y a derrapar… Todo, todo, en tu cuerpecito e inocencia, todo, eres para mí. Todo cuanto necesito y requiero para ser feliz y libre por completo.
 
Y todo eso que no imaginaste nunca querer tanto contigo, eso soy, todo eso que sobre pasa las barreras de cualquier cosa que pudiste desear exclusivamente para ti, eso soy, ese amor incivilizado que tanto esperabas, soy yo…
© Copyright – Messieral | Luis Eduardo – Historias en Ascuas
Ciudad de Guatemala 10/01/2016